- Museo: Museo Nacional del Prado
- Localización: Madrid
- Clasificación: Retrato
- Dimensiones: 211x125 cm
- Descripción: Tras la muerte de Felipe IV en 1665, su viuda Mariana (1634-1696) asumió la regencia, y en esa doble condición de viuda y regente está representada en este cuadro en el que se reconoce el Salón de los Espejos del Alcázar de Madrid. Los objetos de escritorio sobre la mesa hacen alusión a sus responsabilidades de gobierno. La decidida incorporación de la idea del espacio palaciego al retrato real es una de las características que singularizan el retrato cortesano posterior a Velázquez, y entre sus puntos de partida figura Las meninas de donde también procede el uso de espejos y la referencia a cuadros cuyo contenido aporta información sobre el retratado, como en este caso el cuadro de Tintoretto (1518/19-1594) Judith y Holofernes que hace referencia a la idea de "mujer fuerte". Carreño, en obras como ésta, llevó esas ideas hasta sus últimas consecuencias y logró crear escenarios de gran personalidad. Aunque tres siglos después se ha jugado con frecuencia a comparar estos modelos con su entorno para aludir a una dinastía en decadencia, abrumada por su propia historia, lo cierto es que en su momento, a ese escenario estaban asociadas connotaciones relacionadas con las ideas de responsabilidad, majestad, continuidad dinástica y poder